Excelente obra neoclásica diseñada por Francisco Sabatini, arquitecto real de Carlos III. Es el exponente más importante, puro e íntimo de la arquitectura neoclásica, a la vez que planteó como la obra más limpia, medida y equilibrada de su época, resultando la obra arquitectónicia más bonita y definida de todo el neoclasicismo español.
La fundación del Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana se remonta al año 1596, fecha en que se decide el traslado a Valladolid del Monasterio de Religiosas recoletas de San Bernardo, fundado en 1161 en las proximidades de la población de Perales (Palencia). El estado de ruina del convento llevó a la Comunidad a solicitar de la Corona Real, en 1777, la construcción de un nuevo Monasterio, haciendo valer la condición de fundación real. El Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1955.